Entrevista a Ulises Butrón

(Esta entrevista la realicé en noviembre de 2016)
ULISES fue parte de esa trilogía de guitarristas que revolucionaron el sonido de comienzos de los 80 junto a Gustavo Cerati y Richard Coleman. Casi es parte de Soda Stereo. Fundó una de las bandas de rock más interesantes y sutiles de esa época: Metrópoli. Fue guitarrista de “Privé”, el disco más tecno y elaborado del Luis Alberto Spinetta. Al año siguiente toca en el disco de Miguel Mateos, “Atado a un sentimiento”. Luego se abrió más al rock con su banda La guardia de fuego en los 90. Le puso voz a Tanguito en las canciones de la película “Tango Feroz”. Tocó en el disco más vendido de la historia del rock argentino: “El amor después del amor” de Fito Páez. Editó su primer disco solista “Viajero” en 1997 y formó otra banda: Triangular.
En 2001, fue uno de los fundadores de la Unión de Músicos Independientes (U.M.I.), asociación creada con el fin de promover la creación musical independiente. Ahora presenta disco nuevo, con las participaciones de Litto Nebbia, Richard Coleman, Oscar Reyna y Andrea Alvarez nada menos. A esto súmale a Tweety Gonzalez y Mariano López como ingenieros de grabación y la masterización de Mario Breuer. Pavada de disco.
Ecléctico como siempre Ulises Butrón explica que pasó estos años entre su primer disco solista y este. “Lejos” es un disco para escuchar con auriculares. No importan las distancias cuando se trata de muy buena música.
Pasaron dieciocho años entre “Viajero” tu primer disco solista y este. En el medio formaste Triangular con Ricky Saenz Paz y Aitor Graña. ¿Cómo se dio seguir con tu siguiente disco solista y no por continuar con la banda?
Vino como por añadidura. A veces cuando tenes una banda es como que te escudás un poco en ella. Pero también creo que cuando tenes una carrera solista es porque estas en otra etapa, que viene cuando creces, donde logras identidad y madurez.
¿Cómo se generó el proyecto de “Lejos”?
Después del proyecto de Triangular tenía como la mente en blanco y no tocaba en vivo. Había dejado las tablas por un rato. Además le dedicaba más tiempo a mi familia. Entonces apareció Tweety Gonzalez y me dijo si no quería grabar un disco. Y me cerró por todos lados la oportunidad de grabar nuevo material. El trabajo con Tweety fue muy bueno. Somos amigos desde hace treinta años. Es un productor de primera línea y tenemos una muy buena química.
Al principio la llamé a Andrea Álvarez para tocar con ella y con Lonnie Hillyer que es su pareja y toca el bajo. Los dos tienen mucha personalidad, tienen otra cabeza. No hay otro tipo que toque como él.
Richard Coleman es un amigo muy cercano, nos conocemos desde los 18 años. Lo mismo con Oscar Reyna. Con Litto Nebbia fue como que cayó por su propio peso, lo admiro muchísimo, su manera de componer y su comportamiento artístico. Es como si hablaras de Salgan. Es un grande con todas las letras. Cuando escuchaba a Los Gatos tenia cinco años y para mi fue muy fuerte. Que venga a cantar con toda la buena predisposición fue increíble. Yo no paraba de llorar.
El disco esta separado en cuatro primeros temas de rock y luego baladas. ¿Así lo pensaste desde un principio o se fue dando mientras grababas?
Fue el orden que fue quedando, no fue a propósito. Es un disco diverso. Tenés desde un tema donde toco una guitarra de doce cuerdas y voz y por otro lado temas más rock. Es como salvando las distancias como el Álbum Blanco de Los Beatles. Abarca diecisiete años de música, era mucho material. Al principio grabé solo la guitarra y voz. Y después fui llegando a las diez canciones del disco. Todos los temas están muy ensayados y se grabaron en solo dos o tres tomas.
Tocas como solista, en banda y también sos productor. ¿Con que papel te sentís más cómodo y porque?
Me gusta producir, arreglar y trabajar en grupo. Me parece que las mejores cosas son las que se hacen en cooperación, respetando las especialidades de cada uno. Trabajar en equipo es el mejor lugar para que no choquen los egos.
